Un equipo del Instituto de Cosmología Computacional de la Universidad de Durham, en conjunto con el Centro Harvard-Smithsoniano para la Astrofísica, han encontrado evidencia que una de las más lejanas galaxias que orbitan nuestra Vía Láctea podría ser una de las primeras galaxias que se formaron en nuestro Universo.
Los científicos, uno de ellos egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), han indicado que su investigación y hallazgos son «enormemente emocionantes», explicando que al encontrar una de estas primeras galaxias en la periferia de la Vía Láctea es «equivalente a encontrar los restos de los primeros humanos que habitaron la Tierra». El grupo de investigadores sugiere que las galaxias incluyendo Segue-1, Bootes I, Tucana II y Ursa Major I, son de hecho algunas de las primeras galaxias formadas en el Universo inicial y tendrían unos 13 mil millones de años de edad.
Cuando el Universo tenía cerca de 380,000 años de antigüedad, se formaron los primeros átomos. Estos fueron átomos de hidrógeno, los más simples en la tabla periódica de los elementos. Estos átomos se empezaron a aglutinar en nubes y se empezaron a enfriar gradualmente en pequeños bloques o «halos» de materia oscura que emergió del Big Bang. La fase de enfriamiento se conoce como «la edad cósmica oscura» y duró cerca de 100 millones de años. Eventualmente, el gas dentro de los halos se enfrió, se volvió inestable y así se formaron las primeras estrellas. Con la acumulación de las mismas se crearon las primeras galaxias y el Universo explotó en la luz, terminando así con la era oscura.
El Dr. Sownak Bose, quien trabaja con el Dr. Alis Deason y el Profesor Carlos Frenk, identificaron dos poblaciones de galaxias satélites orbitando la Vía Láctea. La primera consiste en las galaxias formadas en esta edad oscura cósmica. La segunda fue una población más brillante que consiste en galaxias que se formaron millones de años después, una vez que el hidrógeno se ionizó por la intensa radiación ultravioleta emitida por las primeras estrellas y que eventualmente fue capaz de enfriarse en halos más masivos de materia oscura.
Lo notable es que el equipo halló que el modelo de formación de galaxias que habían desarrollado previamente concuerda perfectamente con los datos, permitiendo inferir los tiempos de formación de las galaxias satélites. Los hallazgos se han publicado en el Astrophysical Journal.
La distribución de las galaxias satélites orbitando una galaxia simulada por computadora, tal y como lo predice el modelo Lambda-cold-dark-matter, coincide con las observaciones. «Nuestros hallazgos soportan el modelo actual para la evolución del Universo», indican los investigadores.
El Dr. Alis Deason concluye: «Este es un ejemplo maravilloso de cómo las observaciones de las galaxias enanas, incluso las más pequeñas, que residen en nuestra Vía Láctea, nos pueden servir para aprender más de los primeros momentos del Universo».
Más información aquí: The imprint of cosmic reionisation on the luminosity function of galaxies, S. Bose et al, The Astrophysical Journal, DOI: doi.org/10.3847/1538-4357/aacbc4