Crear objetos de la nada, a partir de un diseño tridimensional que alguien creó y puede compartir con otras personas para que ellas puedan materializar un artículo en su propio hogar; ese parece ser el futuro con las impresoras 3D, sin embargo, las probabilidades de que esto derive en la creación “estándar” de armas es también muy grande.
La impresión en 3D lleva un par de años impresionando a cualquier aficionado a la tecnología; desde un simple modelo a escala de alguna figura, piezas de chocolate que se crean en un laboratorio hasta instrumentos u otras cosas que podrían modificar los límites de la medicina, esta plataforma ofrece límites que no se habrían imaginado hace unos años.
Mientras que la impresión 3D no es algo nuevo, no fue sino hasta hace algunos meses que las impresoras de menor tamaño (que podrían llegar a tener un uso doméstico) se hicieron populares, dando pie a que más empresas comenzaran a idear la forma de sacar provecho de esto.
Los ejemplos de productos que podrían ser impresos “en casa” pueden ser muchos, pero los más controversiales sin duda son las armas de fuego.
El primer ejemplo de esto lo desarrolló la firma Defense Distributed, que para mayo de 2013 logró construir una pistola impresa en 3D que disparó una bala de manera exitosa.
Esto se hizo con el objetivo de que cualquiera con el archivo o “plano digital” y una impresora 3D pudiera crear su propia arma, sin embargo, el gobierno estadounidense pidió a la empresa que eliminara los archivos de la red para evitar la producción de armas sin que éstas sean reguladas.
Ahora, en el transcurso de la semana anterior apareció un nuevo video que muestra lo que aparentemente es el primer rifle impreso en 3D. Esto fue producto del trabajo de un hombre canadiense que se inspiró en lo que Defense Distributed hizo con su propia arma e incluso utilizó parte del diseño de ese proyecto.
https://www.youtube.com/watch?v=Ow3lO_ViXkk
Mientras que ninguna de las armas que se han hecho hasta ahora son tan funcionales o confiables como una verdadera, esto no quiere decir que sus creadores y otros entusiastas no vayan a continuar trabajando para desarrollar un producto más robusto y eficaz.
El problema es que, sin importar cuán interesante pueda parecer este tipo de ideas para diseñadores y personas que buscan emplear sus mentes brillantes para rebasar vez tras vez los límites de “lo imaginable” al crear objetos increíbles, el fondo en esta situación es que, de caer en las manos erróneas, la fabricación de “armas caseras” podría ser un gran problema para la sociedad.
¿Tú qué piensas? ¿Crees que la creación de armas 3D sea viable mientras existan las regulaciones pertinentes o que este tipo de proyectos deberían ser frenados y eliminados antes de que se vuelvan “algo estándar”?