Científicos de la Universidad Cornell han desarrollando una ropa capaz de cambiar sus propiedades térmicas para adaptarse al entorno y al cuerpo del usuario, de forma que nunca pase demasiado frío ni calor.
La innovación es la integración de tecnologías textiles avanzadas y la electrónica usable en un diseño de ropa funcional sin comprometer la comodidad, ligereza, capacidad de lavado, el aspecto o la seguridad. Al mismo tiempo se consigue además un importante ahorro energético.
La energía térmica se genera debido al movimiento de las partículas que constituyen la materia, el cual, junto a la transmisión de calor, se puede producir de tres formas: a través de la conducción, en la que los átomos de la materia se pasan energía entre sí; por convección, cuando se genera a partir del movimiento de los átomos; y por radiación, cuando dos cuerpos con temperaturas distintas transmiten calor sin que exista contacto, mediante la emisión de ondas electromagnéticas.
Este último método es el que utilizan los investigadores del denominado proyecto DELTA para que la ropa aproveche la circulación de aire y altere la cantidad de calor que se escapa del cuerpo, consiguiendo así una sensación térmica óptima, al controlar la circulación de aire frío y caliente a través de una red de tubos minúsculos incorporados a un chaleco, sobre el cual se puede usar más ropa.
«Los sensores de temperatura integrados en el tejido monitorizan el estado de la piel, bombeando aire frío o caliente según sea necesario. Es como llevar un mini sistema de aire acondicionado pegado al cuerpo», dijo Jintu Fan, responsable de la investigación.
Tanto las prendas como los tejidos prototipo se ponen a prueba en «Walter», un maniquí que suda desarrollado para evaluar ropa de alto rendimiento.
Además de garantizar una temperatura óptima, esta tecnología supondrá un importante ahorro energético. De hecho, si con la ropa se consigue el confort deseado y se regula el termostato de la oficina reduciendo un par de grados hacia arriba y hacia abajo, se puede ahorrar hasta un 15 por ciento del consumo de energía, refieren los desarrolladores.
«Esto tendrá un impacto transformador sobre el uso de la electricidad del país, el consumo de combustibles y las emisiones de gases de efecto invernadero. Además de mejorar la comodidad y revolucionar el estilo de vida», agrego.
Referencia: ARPA, Newscientist