Ante los ojos del mundo, México ha sido uno de los países que ha sufrido a mayor escala el fenómeno natural de un terremoto.
Una investigación hecha por Word Atlas refleja que entre los años 1900 y 2016, México ocupó el puesto número 9 junto a Afganistán, India y Grecia entre los países más propensos a sufrir terremotos.
Estos fenómenos natuales, que afectan a poblaciones en todo el mundo, han inspirado el desarrollo de tecnologías que detectan sismos, previenen tragedias y ayudan a las víctimas.
Cables de fibra óptica
Además de transferir información a gran velocidad, la fibra óptica sirve para detectar movimientos en la tierra, de acuerdo con el Laboratornio Nacional de Berkeley en California.
Los cables envían pulsaciones de luz con datos a lo largo de las fibras de plástico de los cables y si existe alguna imperfección en los filamentos de estos, un poco de luz viaja de regreso a la fuente.
Es gracias a este fenómeno que los investigadores pueden detectar y estudiar los daños que las ondas sísmicas crean en las fibras y así alertar sobre la actividad sísmica.
G-FAST
En 40 segundos, este módulo con sensores de movimientos detecta el inicio de un terremoto y se conecta a un sistema GPS para detectar el epicentro del sismo y predecir su magnitud.
La herramienta, llamada Geodetic First Approximation of Size and Timing (G-FAST) fue desarrollada en Washington, E.E.U.U. y ha sido utilizada principalmente en Chile para predecir actividades sísmicas.
Rescatistas electrónicos:
En 2018, un grupo de investigadores de la American Chemical Society desarrolló un dispositivo portátil capaz de «oler» y localizar a las personas sepultadas bajo los escombros tras un terremoto.
El dispositivo cuenta con tres sensores altamente sensibles a los gases de la acetona, el amoniaco y el isopreno, mismos que también son productos metabólicos que el cuerpo emite a través del aliento y la piel.
Lo mejor de este gadget es que «es pequeño y económico», de acuerdo con el profesor Sotiris Pratsinis, quien dirige al grupo de investigadores.
Ladrillos antiterremotos
Este es un invento de origen español que ha generado aceptación en diferentes países y se conoce como ladrillo sísmico o ladrillo autocentrable.
Cada bloque tiene tiene 2 huecos en la parte superior, 6 varillas de acero en la parte inferior que se conectan a los orificios del ladrillo de abajo (como si fueran piezas de LEGO) y 4 patas que los separan a la distancia correcta.
El diseño aumenta la resistencia de los ladrillos y dificulta que sean derribados en accidentes o sismos.
Cápsula de supervivencia
Este es un invento 100% mexicano, creado por el ingeniero Reynaldo Vela.
La Cápsula K 107, fabricada con aleaciones de polvo de titanio con acero, tiene forma de paralelepípedo (o huevo) por ser una de las figuras geométricas más estables y resistentes a los impactos.
Dentro de la cápsula, los usuarios encontrarán un refrigerador, un sistema de agua potable, un tanque de oxígeno y un sistema GPS.