Las competencias tienden a sacar lo mejor de las personas y/o compañías, puesto que se ve la perseverancia y esfuerzo que ponen para ser el número uno, en este caso particular, se trata de ver quién será el primero en crear y distribuir los vehículos autónomos.
En esta carrera, se conocen a un par de contrincantes que han estado labrando un camino desde hace varios años: Google, Apple, Volvo y Tesla, compañías han buscado ser el principal fabricador de este tipo de automóviles, sin embargo, les ha faltado definir aquellos detalles que lo harán cien por ciento funcional y seguro.
Esto parecería que se trata únicamente de dos competidores, pero la realidad es que aún hay espacio para uno más, así que viendo esta situación y lo amplio que es el mercado, Toyota se decidió unir a Uber para subirse al ring y comenzar a desarrollar su propio medio de transporte sin conductor.
Este hecho, también sirve para demostrar que Uber ha pasado la página del accidente que vivió en marzo de este año, cuando uno de sus vehículos autónomos, atropelló a una mujer que se encontraba empujando una bicicleta en las calles de Arizona.
De esta forma, la empresa vuelve al ruedo para llevar su tecnología a la flotilla de autos de la compañía japonesa, y para asegurar que este hecho va en serio, Toyota invertirá 500 millones de dólares que justamente servirán para la producción masiva de éstos.
A pesar de saber la cantidad que se inyectará al proyecto, aún se desconocen datos importantes como la fecha exacta en la que serán lanzados los automóviles, puesto que sólo se sabe que será en el 2021 cuando se verá el primer piloto de éstos.
En dado caso que sea así, se estará ganando ventaja en el mercado, lo que involucrará posicionamiento e inversiones al por mayor para ambos involucrados.