Alcohol y volante es una combinación peligrosa, causante por excelencia de pérdidas materiales y humanas.
Con ese antecedente y teniendo en mente una vía para disminuir la cantidad de accidentes de tránsito asociados con el consumo de bebidas alcohólicas, Volvo anunció una nueva medida como parte de su estrategia Vision 2020.
“Nuestra visión es que para 2020 nadie muera o se lastime seriamente en un vehículo Volvo”, dijo Håkan Samuelsson, presidente y CEO de Volvo Cars.
Vision 2020 contempla limitar a 180 km/h la velocidad máxima de todos los vehículos Volvo, así como implementar tecnología de monitoreo con cámaras.
Estas cámaras instaladas al interior del vehículo observarán el comportamiento del conductor e intervendrán si detectan que este va intoxicado.
Monitorearán el movimiento de los ojos, de modo que, si el conductor quita la vista del camino durante cierto tiempo o si no tiene las manos al volante, un representante de Volvo llamará para verificar que todo esté en orden.
Si el conductor no está viendo el camino o tiene los ojos cerrados, recibirá una llamada en tono de advertencia y si no contesta, el vehículo desacelerará e incluso se detendrá. Desde luego, el anuncio del empleo de cámaras que vigilen en todo momento al conductor ha detonado discusiones sobre violación a la privacidad.
Volvo contestó recapitulando que el público reaccionó negativamente cuando en 1959 llegaron los cinturones de seguridad (uno de los comentarios rescatados por la armadora dice “En un choque a 40 millas por hora, tienes más oportunidad de sobrevivir si sales proyectado del vehículo que si estás detenido con un cinturón de seguridad”).
En adición, Volvo dijo que “con las cámaras, recolectará solo data con miras a hacer más seguros sus vehículos y solo la data que sea requerida para los sistemas”, y que “las cámaras no grabarán video ni se recolectará data sin el consentimiento de los usuarios”.