La cita fue en el Entre Fuegos de Polanco. Nos avisaron que seríamos las primeras personas en México que probarían la nueva Range Rover Evoque de Land Rover. Obviamente el entusiasmo estaba a tope, pues se trata de un vehículo elegante, poderoso y altamente tecnológico.
Luego llegó el anuncio: haríamos un rally por algunos puntos cercanos entre sí de la Ciudad de México.
Nos dividieron por equipos y cuando nos dieron la Evoque que manejaríamos, obviamente levanté la mano para ser el primero en conducirla.
Lo que siguió fue el asombro. Evoque es la SUV compacta de Land Rover, y aunque por fuera parece un vehículo pequeño, el interior tiene un diseño y distribución que amplían el espacio.
Luego me dejé llevar por la comodidad, pero solo por unos segundos, pues de inmediato robó mi atención el apartado tech. La Evoque tiene dos pantallas touch de alta definición y un espejo retrovisor digital.
Cuando comencé a manejarla, me topé con una realidad que nunca me ha gustado de los vehículos automáticos: la lenta respuesta de la aceleración, un factor que entorpece la experiencia.
Afortunadamente, la Evoque también puede ser manejada en modo sport y tiene controles al volante para hacer los cambios.
El primer destino del rally fue Departamento, un bar-estudio que se ha vuelto uno de los favoritos de la Roma. Ahí tuvimos una dinámica grupal que consistió en agarrar fotos random de la Evoque para armar un collage que después sería valorado por un artista.
De ahí nos fuimos manejando al segundo destino: el estacionamiento del Lago de Chapultepec, en donde estaba montada la prueba de conos. La oportunidad perfecta para sacar al cafre interior.
Poniendo la Evoque en modo sport fue que pude hacer la prueba con buen tiempo, pues entre vueltas cerradas, frenos repentinos y aceleraciones a fondo, no podía permitirme perder valiosos segundos por culpa del modo automático.
Luego nos fuimos a Liquor Store en la Roma, donde la dinámica fue crear nuestro propio coctel, y de ahí nos pasamos a El Consultorio, una galería-taller en la Doctores en la que nos hicieron pintar.
El destino final fue Foro León, donde la cena ya nos estaba esperando. Era momento de despedirse de la Evoque, así que le pisé a fondo lo más que pude en el tráfico de las seis de la tarde.
Mi conclusión es que es un estupendo vehículo, diseñado para la ciudad, pero optimizado para que los terrenos difíciles no sean obstáculo, todo engalanado con tecnología de punta. Kudos para el modo sport.
Dependiendo de la versión, el precio de la Evoque 2020 varía y empieza en $768,400 y llega hasta $1,112,600.