La pandemia ha sido difícil para todos y una de las industrias más afectadas en estos tiempos, ha sido la de los deportes con espectadores, incluido, entre ellos, el mundo del automovilismo profesional.
A pesar de la cancelación de todos los eventos deportivos durante varios meses, el mundo de las carreras encontró una válvula de escape.
Todos estamos de acuerdo en que, dentro del mundo de los videojuegos, los simuladores de carreras son el segmento que más aplicación tiene en el mundo real.
Ya conocemos varias historias de éxito de unos cuantos pilotos de simulador, como la carrera de piloto profesional para Nismo (la rama deportiva de Nissan) de Jann Mardenborough, quien ganó el concurso/reality show, GT academy de Gran Turismo.
Diferentes personalidades del automovilismo se dieron cita en línea y compitieron en diferentes eventos a través de Internet; entre ellos, los campeones mundiales de Fórmula 1, Fernando Alonso y Jenson Button, de los cuales hablaremos más adelante.
Algunos de los eventos más sonados fueron: las 24 horas de LeMans virtuales y diferentes grandes premios de Fórmula 1 en una modalidad en la que algunos pilotos actuales compiten contra diferentes figuras de Esports y hasta youtubers ávidos al tema del SimRacing.
A pesar del gran éxito de ver diferentes figuras compitiendo en línea desde sus hogares, no todo fue risas y diversión, ya que algunos pilotos tuvieron errores cruciales y perdieron su equipo y fueron despedidos por sus patrocinadores.
El caso más sonado fue el del piloto de la Fórmula Nascar Kyle Larson, que, al pensar que su chat de voz no estaba conectado, repitió fuerte y claramente lo que los estadounidense conocen como la n-word.
Los resultados de este desliz fueron inmediatos; fue expulsado de la carrera y, en menos de dos horas, su equipo y todos sus patrocinadores se habían declarado fuertemente en contra de sus palabras y anunciaban que estaba despedido.
Los que más brillaron entre los pilotos profesionales fueron los jóvenes de la Fórmula 1. Tanto Charles Leclerc (Ferrari), como Lando Norris (McLaren), se convirtieron en ávidos streamers de Twitch, lo cual ayudó a crear una conexión con los fans que probablemente nunca se había visto con pilotos de Fórmula 1.
Y, retomando el tema de Jenson Button, el británico inició su propio equipo de la serie GT World Challenge Europe (Jenson Team Rocket) en conjunto con McLaren, corriendo con el 720 GT3, con la gran sorpresa de contratar piloto sin previa experiencia profesional.
James Baldwin, un piloto de simulador, streamer y concursante del certamen Worlds Fastest Gamer, con la gran sorpresa de que el equipo ganó la primera carrera de la temporada y se pusieron en lo más alto de la tabla del campeonato.