La nueva superpotencia del mundo también acapara el joven mercado de los autos eléctricos. Y es que aunque Tesla de Elon Musk es la marca más popular cuando de estos vehículos sustentables se refiere, China es el auténtico rey ya que el titán asiático por si solo fabrica y usa más de la mitad de los autos eléctricos que existen en el mundo.
De acuerdo con los datos del International Council on Clean Transportation (ICCT), en 2017 produjo 595,000 vehículos eléctricos y vendió 579,000 dentro de su territorio, muy por encima de su más cercanos competidor, Estados Unidos, que se quedó en 200,000 y 195,000 respectivamente.
Desde el año pasado existen reportes de cómo el gobierno chino ha subsidiado con miles de millones de dólares su industria de vehículos eléctricos. También ha tomado medidas de apertura como que a partir de este año entidades extranjeras pueden ser 100% dueñas de compañías en el sector, lo que lo ha vuelto más competitivo y le ha inyectado un impulso todavía mayor.
La oferta de inmediato atrajo a big rollers del sector, como la armadora alemana Volkswagen, que decidió invertir 10.000 millones de euros hasta 2025 para desarrollar y producir, junto a JAC Motors, 40 nuevos modelos eléctricos dirigidos al mercado local.
Por otro lado, existen medidas proteccionistas para salvaguardar los intereses de los fabricantes domésticos y los planes gubernamentales de que el futuro de la industria automotriz en ese país sea eléctrico. Por ejemplo, a partir de 2019, cualquiera que produzca o importe en China más de 30.000 vehículos deberá asegurarse que al menos un 10% de estos sean eléctricos o híbridos enchufables. Esta cifra ascenderá a un 12% en 2020 y está previsto que siga subiendo.
China está impulsando desde arriba su propia revolución del coche eléctrico con la visión de que estos vehículos sustentables serán competitivos durante la próxima década a medida que se expande la infraestructura de carga y disminuye el precio de las baterías. De inicio, y en un primera etapa de una nueva era más ambiciosa, el gobierno chino está listo para invertir 25,000 millones de yuanes (alrededor de 3,200 millones de euros) entre 2018 y 2020 para construir nuevas estaciones que se sumen a las más de 171,000 existentes. Posteriormente, los fabricantes chinos invierten centenares de millones en I+D y en adquisiciones de empresas mineras en Australia, Sudamérica y África para asegurarse el suministro de litio y el cobalto, imprescindibles para las baterías.